Los términos y expresiones "mentales" (imaginar, pensar, razonar, memorizar, recordar, etc.) tal y como ocurren en el lenguaje ordinario poco tienen que ver con alguna entidad inobservable. Por el contrario, en tanto palabras y como componentes de nuestras expresiones cotidianas, adquieren su significado en función de una situación particular y el momento especifico en que éstas se usan como parte indisoluble de las prácticas que tienen lugar en dicha situación por parte de una comunidad determinada. En este sentido, estas términos en sí mismos carecen de sentido y por tanto no pueden aislarse de las prácticas y situaciones en las que tienen lugar. Por tanto, los términos mentales y sus expresiones se "cargan" de sentido en función de los actos de la persona que habla y de la que escucha contextualizados por una situación en los que, generalmente, denotan circunstancias, tendencias, propensiones, maneras y relaciones de las prácticas de los individuos. Luego entonces, éstos términos, forman parte de las prácticas interindividuales en forma de lenguaje ordinario, esto es: es comportamiento entre personas y sólo eso.
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